Hace como 200 años yo tenía un blog... al principio me encantaba escribir en él, cualquier estupidez que me pasara, aquí venía, por si al mundo le podía interesar, o por si yo quisiera en unos años tener constancia de lo que había hecho 10 minutos después de levantarme la mañana del 7 de octubre de 2004.
Cada cierto tiempo (primero 6 meses, luego al año, luego... casi nunca) refrescaba mis conocimientos de html y modificaba la plantilla. Luego vineron las plantillas automáticas. Después me cansé de todas. Un poco más tarde me cansé de todo en general.
Con la Erasmus vino un viento fresco lleno de fotos que invadían los ordenadores de millones de carpetas nuevas cada semana. Pero, ¿sabéis qué? al cabo del tiempo esas fotos empezaron a repetirse también.
De todas formas, blogger ya no funciona en casa, como las páginas de los bancos, o el portal de la zenith. Más pereza aún. Menos actualizaciones.
Y nos quedamos en aquellos extraños días de abril, y desde entonces pocas cosas han cambiado, salvo que nos vamos acercando poco a poco al final, que se nos echan encima los exámenes, que españa está en cuartos, que últimamente he vuelto a leer muchísimo, y que saqué del baúl de los recuerdos a Lali Puna y a Quique González, ya ves tú qué combinación.
Esto ha sido como un relato corto, como ese cuento de Ángela Ionescu que me gusta tanto pero se acaba tan pronto. Yo me pasaría la vida de aquí para allá en un barco de vapor...
2 comentarios:
:S
Son curiosos los caminos de blogger. En 2005 yo estaba haciendo prácticas veraniegas en un periódico y me aburría, así que empecé a buscar blogs por azar y encontré este. Será que me gustaba como contabas las cosas, la curiosidad, pero lo volví a leer un par de veces más.
Bastante tiempo después, supongo que en otra tarde aburrida, me acordé de él. Y así, cada nosecuantos meses, me volvía a acordar y lo volvía a leer.
Y así hasta hoy.
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