Y en todos los posts de mi cabeza, claro.
Hoy tenía tanto que hacer, y todo el tiempo del mundo, pero como siempre dieron las once y apenas di abasto.
La vida en la isla transcurre plácidamente, aunque el factor climático empieza a volverse un tanto insoportable. Observo que pocos se quedan transcurridos un par de años. ¿Qué será de mí entonces?
Mientras, me invento excusas para no pensar en la lluvia: aprendo palabras en una lengua nueva mientras bebo té de menta, hago fotos cuando sale el sol, cuento los días que faltan para verte, muy de vez en cuando escribo cuatro líneas.
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