18.8.25

Vetusta

Desde el piso mas alto, en la oscuridad, las únicas ventanas con algo de actividad son cocinas, y poco a poco se apagan. Alguien corre una cortina tupida, quizás me intuyen en las sombras espiando. Se extiende la ciudad, se desparrama hacia una montaña por donde se van desperdigando luces hasta desaparecer del todo. Solo arriba, en una de las cimas coronando se ve una figura que imagino que es uno de esos cristos con los brazos abiertos. Seguramente tengan algún nombre técnico. Hacia abajo, tuberías gigantes, como siempre que una da a estos patios internos y traseros. Como la ventana de Mi tío Teo, solo que la mía esconde los secretos a plena vista (sé que no se dice así, pero esto soy yo también). El cielo super rosa, en algún momento romperá a llorarver.

De fondo: zumbidos, vibraciones, una televisión lejana, pasos en moqueta

17.8.25

Noche de puente

Los incontables veranos llenos de angustia no se borran así como así, pero sigo empeñada en cambiar los circuitos.

Estoy contenta de haber superado el FOMO del puente y haberme quedado en Madrid. Se me está pasando rapidísimo este verano eterno de calor infernal. Será por las incertidumbres del otoño, qué sé yo. Tengo ganas de meter los pies en el mar, claro, pero no prisa.

Hoy fui a una clase de yoga, y como siempre que hago algo del estilo he pensado en una chica a la que nunca llegué a conocer en persona cuyo contacto conseguí a través de una red de intercambios que había en la US (hará unos 20 años, ahí es nada). Nos escribimos un par de veces, nunca llegamos a quedar (probablemente porque no fui capaz de dar el paso), pero nos seguimos en redes desde entonces. Sé muchas cosas de su vida, en qué parte del mundo vive, a qué se dedica, cuándo se casó, cosas buenas y cosas malas que le han pasado. Si algún día llegáramos a vernos en persona me sentiría como una stalkeadora, porque ¿quién recuerda tantos detalles de una persona que no conoce? ¿Es puro cotilleo? no la conozco de nada. ¿Es porque tiene una vida interesante? Puede ser, pero tampoco veo yo más que un atisbo de todo, no es que sea una influencer que comparte cada desayuno que se toma. Es difícil de explicar (pero tampoco creo que haga falta). 

Últimamente estoy un poco obsesionada con los registros de mi vida, como dije en el post anterior quiero imprimir el blog para tenerlo, para poder leerlo dentro de 10 años, si acaso blogger decidiera desaparecer. Quiero también volver a llevar el registro de las entradas de cine, y me pasé un par de días intentado "recopilar" todas aquellas que no había guardado. He conseguido recordar sólo una decena de películas desde 2011 cuando empezaron a escasear tanto las visitas al cine como las entradas en papel. Estoy segura de que son unas cuantas más, pero bueno. Sumergirse en ese registro antiquísimo, en el que además escribía con quién iba a ver cada película es todo un viaje siempre que me da por mirarlo. Y quiero poder volver a hacerlo cuando pase el tiempo.

La cuenta de last.fm es imposible de recuperar. La dirección con la que la registré ya no existe (llanuraabisal, those were the days) y es probable que pusiera una fecha de nacimiento falsa, así que...

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De fondo: I'm going down - Vampire Weekend





5.8.25

"Si por ella fuera se entregaría al vicio sin dudar, como yo. Las dos lo sabemos. Ojalá pudiéramos hablar de ello, pero se hace raro. Esa soltura es muy difícil de alcanzar. Por otro lado me incomoda imaginar la conversación. No pasa nada, no hace falta que lo hablemos. Está en el aire. Ella sabe que no he nacido para ser su hija y yo sé que ella no podía sentirse más lejos de estar preparada para ser madre cuando parió. Estamos aquí por casualidad, resistiendo las tentaciones como un favor de la una para la otra."

Vozdevieja - Elisa Victoria

¿Cómo se cita un libro en formato blog? Podría buscarlo, pero estoy un poco harta últimamente de tener la solución a todo en la punta de los dedos.

Acabo de exportar el blog entero porque de pronto me ha entrado el terror de que desaparezca esta gran obra de la literatura. Llevo tiempo queriendo escribir por gusto, apunto cosas en el móvil, pero nunca llego a sentarme porque pienso ¿a quién le importa lo que yo escriba? Pero... ¿por qué le tiene que importar a nadie? De hecho, si importara, esto estaría más que borrado hace años.

Entonces aquí nos encontramos, una noche de martes, una casa silenciosa que desde ayer se me hacía un poco bola, y no sabía por qué hasta que de pronto he mirado el relojito con el huso horario de Chengdú. Ahí está la clave. He recordado una época nada amable en la que el amor se suponía que cruzaba océanos, y no tenía mal recuerdo así general, pero si me paro a pensarlo tengo demasiados detalles feos en la cabeza. Ponerle nombre ha evaporado un poco el comecome, aunque haya dejado algo de costra.

Veo las ventanas cambiantes. Quiero ir al oculista a que me apuntale un poco para poder definir mejor esas sombras. Mira, otra idea: un atardecer desde mi balcón. Reto para antes de que se acaben las noches cortas.

Este año todo va lento, suave, a ratos se desestabiliza un poco esta hoja que me lleva, pero me paro, respiro, me agarro a lo que puedo hasta que el viento se calma. Y vuelve la brisa, y consigo disfrutarla por primera vez en tantos veranos.

Vamos a ver si soy capaz de hacer algo con el archivo que ya está descargado (que google advertía que podría tardar horas, ¡días incluso! han sido unos cinco minutos).