Desde el piso mas alto, en la oscuridad, las únicas ventanas con algo de actividad son cocinas, y poco a poco se apagan. Alguien corre una cortina tupida, quizás me intuyen en las sombras espiando. Se extiende la ciudad, se desparrama hacia una montaña por donde se van desperdigando luces hasta desaparecer del todo. Solo arriba, en una de las cimas coronando se ve una figura que imagino que es uno de esos cristos con los brazos abiertos. Seguramente tengan algún nombre técnico. Hacia abajo, tuberías gigantes, como siempre que una da a estos patios internos y traseros. Como la ventana de Mi tío Teo, solo que la mía esconde los secretos a plena vista (sé que no se dice así, pero esto soy yo también). El cielo super rosa, en algún momento romperá a llorarver.
De fondo: zumbidos, vibraciones, una televisión lejana, pasos en moqueta
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