A veces las circunstancias se alteran y empiezo a hablar, y hablo, hablo y hablo muchísimo. Cuando miro el reloj solo ha pasado un minuto desde que empecé, pero ya no quiero hablar más. Porque me pongo de mal humor, y solo quiero decir que la odio, que la odio muchísimo. Y con eso no soluciono nada. La mentira es tan frágil que puede resquebrajarse en cualquier momento. Así que sonríe, se amable. Hazme caso, quién sabe qué podría pasar.
Querida, qué alegría que hayas vuelto, por qué piensas que solo me alegro por los niños, claro que es por ti, no, no salgo, claro que como en casa, no, no estudio, claro que me quedo charlando contigo, si me encanta, me encanta muchísimo, primero tú y los demás que esperen, por supuesto, a quién se le ocurre pensar otra cosa, por favor, cómo van a ir los niños al colegio si tú estás cabreada, primero tú, faltaría más, no, no, no, nada de zapatos útiles, antes los tacones, aunque nunca te los pongas, y luego ya veremos. Disculpa, voy un momento al baño, que me están dando unas arcadas, será que me ha sentado mal algo...fingir, que es muy indigesto, dicen.
¿Qué tal? ¿Suena creible? Tendré que pulirlo un poquitín más...bienvenidos al teatro de improvisación.
De fondo: Danny Elfman - Big fish (Titles)
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