O el día que empezó la selectividad. O el día que una más para septiembre me atragantó el desayuno. O el día que se pusieron a reponer en la máquina de café cuando más necesitaba uno. O el día que un carnaval callejero "frustró" mis planes de estudio (y no es que me vaya al carnaval, sino que me tendré que buscar otro sitio). El día en que por fin iba a ver en funcionamiento el espectrofotómetro maravilloso pero él decidió que no le daba la gana de funcionar. Que una profesora me pidió el nombre e insistió en llamarme cuando salieran los resultados de un examen que voy a suspender casi seguro. El día que todo me dio cada vez más asco, que me harté de las ganas continuas de vomitar, del miedo, del sueño, de no ser capaz de llorar. El día que siguió a otro prácticamente igual. Que me quedé sin saldo. Que regalaron carpetas de plástico justo cuando acababa de comprarme una. El día al que le quedan aún 9 horas por las que arrastrarse.
Estado mental: maravilloso
De fondo: nada
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