...opresión y palabras. Una palabra, concretamente.
No. No desde las puntas de los dedos de los pies a las de las manos. No por cada centímetro cuadrado de piel, por cada célula. No en los codos y en las rodillas, no en el pecho, no en las huellas dactilares. Mil noes, por cada pelo de mi cabeza, por cada pestaña. No en los labios. Y en los ojos. Esta vez va en serio.
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