16.3.04

CAfé, galletas y blogs (otra vez)

Ayer, mientras tomaba café con irene en el mismo bar de hacía una semana (sí, ese bar tan moderno) le comentaba que parecía mentira que etuviéramos ahí sentadas exactamente igual que 7 días antes, y sin embargo habían cambiado un millón de cosas. Los hechos se sucedieron ordenadamente, en realidad ni siquiera fue tan rápido, pero en mi mente está todo mezclado, todo tropezando, y la última semana está envuelta en una niebla extraña. Lo que vengo a decir es que con todo lo que ha pasado, ahora parece que nada de lo que yo pueda decir aquí tiene importancia. Y no es que antes la tuviera, pero ahora menos.

Hablan en la radio de que este año ha habido 2 millones de nuevos votantes. La verdad es que han sido unas primeras elecciones generales muy intensas. Y el resultado, totalmente satisfactorio. Agrada pensar que a la gente le queda un mínimo de cordura. Vale que ha sido por lo que ha sido, y es triste que haya pasado (triste no, mucho más, pero como dije aquel día, no tengo palabras,y sigo sin tenerlas). Pero al menos esos impresentables están fuera. Que les den.

Pasé el fin de semana en casa de mi padre (bueno, parte, porque intenté estar bastante tiempo fuera de allí). Ayer se suponía que iban a saber si voy a tener hermano o hermana, pero al final nada. Que está todo bien y eso, pero sin precisiones innecesarias. El sábado iba andando para casa de mi madre y por el camino me encontré a Jose Manuel sentado en un banco, leyendo. Me quedé un rato hablando con él. Principalmente de mi padre, y de qué va a pasar y... A veces pienso que cuando nazca debería llevármelo a algún sitio lejos de esa casa. Es una estupidez, ya, y supongo que es más fácil que me vaya yo con él (o ella). No es que no confíe en mi padre. Pero tampoco voy a poder cerrar los ojos y hacer como que no veo nada. Eso puedo hacerlo con mis hermanitos (que, por otro lado, lo hago porque no tengo más remedio, no puedo meterme en ciertos sitios). Aparte, no quiero ser para él (o ella) esa que viene cada 2 fines de semana. Pero no puedo imaginarme viviendo en esa casa. Ni siquiera sé como voy a aguantar este verano (aunque todos los años diga lo mismo, y todos los años se pase más rápido de lo que pienso...este es totalmente diferente).

En fin. que estamos ya en el segundo día de una semana nueva, nueva en muchos sentidos (también antigua en muchos otros, aludiendo al artículo de millás el viernes en El País). Y sí, anda una un pokillo ilusionada con el nuevo gobierno...vale, que después el bacatazo será inevitable, para qué engañarnos. Pero por lo menos los hemos echado!!!

bss

No hay comentarios: