Y es que tengo la ¿absurda? idea de que si mi pelo deja de enredarse, dejará de hacerlo también mi cabeza, y podré verlo todo mucho más despejado. Lástima que el peluquerogaysudamericanoquetrabajóconllongueras está de vacaciones, y mi madre está empeñada en conocerle, así que no hay pelado hasta el 1 de septiembre (tiempo, como imaginaréis más que suficiente para que me arrepienta, me vuelva a decidir y a arrepentir 7 veces).
Hoy he pasado un buen día, con el sabor de la tarde de ayer, con mi tía-hada-madrina que me ha regalado un pantalón (ya que no pueden ser las bambas...) y me ha hecho una propuesta bastante interesante (lo mismo tengo que empezar a buscarme un pañuelo y unas gafas de sol para sacarme el carnet de conducir :P). En realidad me da muchíiiiiiiisima pereza, pero cuando te hacen un préstamos así sin intereses y sin límite de tiempo una debería aprovechar la oportunidad...aysh, por qué seré tan vaga. Pero vamos, que no es nada seguro ni de lejos, ya veremos lo que pasa. Para colmar toda esta felicidad, mientras escuchaba canciones de La Casa Azul (al final me las acabaré sabiendo y todo) leía un mail de cierta persona que anda allá por el culo del mundo y me ha hecho mucha ilusión.
Pero en el fondo poco importa todo, porque de pronto el winamp te ataca a traición y suena Underwater de Danny Elfman (OST from Bigfish...). Me gustaría irme de mí misma por unos días, sería todo un alivio.
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