¿Sabíais que con un electrocardiograma se puede saber la orientación del corazón? ¿Y que estando en reposo en un minuto se bombea el volumen total de sangre que hay en el cuerpo (y esta velocidad se tri o cuatriplica si hacemos ejercicio)? He vuelto a esa fase en que me gusta lo que estudio, sin agobios, con curiosidad, con interés.
Ayer al final me encontré con ire en el intervalo entre los 2 autobuses, lo cual me animó bastante, aunque no lo suficiente. Al menos el día no fue una continua cuesta a bajo, más bien una montaña rusa. Primero el encuentro, alegría. Llegada a las prácticas, complicaciones absurdas y profesores que se creen graciosos (Escherichia coli es la Norma Duval de la microbiología ¬¬(eles tumbás)), hastío. Transcurso tranquilo de la práctica, porque la gente ya sabe más o menos lo que tiene que hacer, los jefes nos dedicamos a hacer el canelo por allí, me relajo. Salimos y pedro y yo nos vamos a la reunión de delegados. Jose se sienta a mi lado, nos reimos mucho. Pedro Nuñez anuncia las plazas disponibles para las becas séneca: en la complutense, una. Me siento rara (más). Nos vamos al cesped, pedro trae dos tabletas de chocolate, bien. Jesús me da un auricular de su discman, escuchamos La oreja de Van Gogh y canto, pero él empieza a pasar canciones hasta llegar a su favorita, Adios. Me lo quito rápidamente, pero ya no hay remedio, la canción se vuelve a meter en mi cabeza. A tercera hora, botánica, auténtico ASCO. Decido saltarme la última clase, y me voy con Jesús a tomar café, me despejo. Me encuentro con Vicente, me hace ilusión y me animo. Bueno, todavía puedo seguir, pero no me apetece. Fue un día raro. Además de todo eso, me bajé del autobus en el prado, y decidí irme andando a mi casa, por hacer tiempo y porque me apetecía. Al pasar por el apeadero pensé en bajar al anden, después pensé que no, que para qué, pero al final acabé bajando. De todas formas me fui antes de que pasara ningun tren, porque aquello me recordaba demasiado a una estación de metro, porque los trenes me ponen triste y porque no me gusta verlos llegar y no ver bajarse a cierta persona de ellos. Al llegar a mi casa volví a tener bronca con mi madre, por lo de siempre, que no estudio (y aún no le he dicho que he suspendido análisis).
Hoy el día ha sido más relajado, emocionalmente al menos. Creo que Mrs Rottenmeier se llama Ana María. No le pega ese nombre.
Y bueno, mañana voy al cine con Haridian, y tal vez algunos más del inglés. Voy a volver a ver 21 gramos, pero no me importa, porque me encantó (y además, no dije que quería volver para fijarme en aquello de que cada historia tiene un color, y que según la intensidad de las emociones la película tenía más o menos grano...pues mi oportunidad no se hizo esperar). Por cierto, que si alguien se quiere venir, que se venga. Hemos quedado a las 7 en el avenida. Creo que me voy a acostar ya, estoy muy muy cansada esta semana. Buenas noches.
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