- ...Y resultaste Abilio. Creía que ya sabías esa historia.
- No, nadie me había dicho nada; pero si le parece que...
-No, a mí no me tiene que parecer nada. Eres tú el que tiene que vivir con tu nombre, ya lo sabes. Para mí era el nombre más bonito del mundo.
-¿Era? ¿Quiere decir que ya no lo es? -pregunté yo, con un poco de miedo.
La prima no respondió de momento. Parecía pensar en cosas muy escondidas en su memoria. Leí una vez que los viejos se acuerdan con gran precisión de todo lo que les pasó en su infancia o juventud. La prima María Constanza también debía de estar pensando en muchas cosas. Hasta que la oí:
-Lo es. Aún lo es. Pero tú no tienes la culpa.
Alice Vieira
(¿no son maravillosos los libros de El barco de vapor?)
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