8.5.05

Los relojes se han parado, pero el tiempo ha ido pasando de puntillas...

Me levanto, miro el móvil, nada. Acto número uno, encender el ordenador, como siempre. Reposa la toxicología desde el día anterior, pero ya estoy demasiado harta, cierro el libro y la mesa queda vacía. No saco nada, sé que no lo voy a mirar. Paseo por blogs, un comentario, un post nuevo de estos que no dicen nada. Escucho la música que conseguí ayer, me harto, la quito. Tengo hambre, pero no me muevo, empiezo a pensar qué me apetece estudiar (qué me desagrada menos). Tengo sueño, hago las camas, paso largos minutos tumbada en cada una de ellas, mirando el techo. Abro el messenger, directamente sin conexión, no me apetece hablar con nadie, es solo curiosidad. Cambio a no disponible, me voy a por tostadas, plancho una camisa para esta tarde. La bioquímica me mira amenazadora desde sus 60 folios de segundo parcial, la saco de la montaña de papeles. Más música, me agobio, no me apetece escuchar nada de lo que tengo, paseo virtual, estado de ánimo cada vez más... cada vez menos estado de ánimo. Pero mientras escribo esto pasa un poco el sueño, y mi mente vuelve a ser musical... El tiempo, de chicle hasta hace unos instantes, de pronto se ha comprimido y ha pasado todo de golpe.

Estado mental: irrelevante (recurrente)
De fondo: Radiohead - True Love Waits (I'm not living, I'm just killing time...)

PD: El título, de César Rodríguez.

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