No consigo concentrarme más de 10 minutos seguidos, me aburro taaaaaaanto.
Y esta tarde al final acabo cayendo y volviendo a nuestro lugar favorito porque me obligan la circunstancias...:P
Ayer, mejor de lo que esperaba, aunque hubo amago de escenita a las 12 de la noche gracias a la simpatía del mayor de mis hermanastros. Afortunadamente, la escenita se transformó en una de nuestras conversaciones civilizadas y trascendentales en las que yo me aguanto la risa y esas cosas.
Mi cepillo de dientes ha desaparecido, el bote de las lentillas lo tuve que desenterrar de una montaña de potingues varios, las sábanas no las había visto en mi vida, en la mesita de noche se acumulan los más variados enseres, sus cajones con ropa interior que no me pertenece... pero mi sitio sigue siendo mío.
De fondo: Lori Meyers - El embargo de neuronas menguantes
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