Adonde irán los besos que guardamos, que no damos...
(Escuchando el Mucho más que dos...:))
yo pensaba que al tener una mesa más o menos grande exclusivamente para estudiar (o dormir encima de los apuntes, lo mismo es) podría estar un poco más organizada, pero qué va, finalmente he tenido que trasladar el estudio de la química orgánica a mi cuarto, porque me agobio con tanto papel allí. Ya lo dice en la Ley de Murphy, concretamente en la Ley de Ringwald sobre geometría doméstica: "Toda superficie horizontal desaparece bajo una pila de objetos varios". En mi caso, bajo una pila de folios. A veces pienso que soy un poco como la conservaduría general de Todos los nombres (José Saramago), que iban archivando a las personas a mano, y cuando se quedaban sin sitio derribaban la pared del fondo para volver a levantarla unos metros más allá, y al cabo de los meses otra vez...Yo creo que aunque me informatizara seguiría teniendo problemas, porque tengo una gran aversión a tirar cosas. Así que realmente informatizada sería peor, ya lo probé el año pasado con una asignatura. El resultado: tengo los apuntes por triplicado, los apuntes originales, el archivo en el ordenador y una copia impresa. Un desastre, vamos.
Ayer tuve otro de esos días raros.Para empezar, la clase de análisis se me pasó volando y sin dolor de brazo, y eso es algo muy muy raro. Además al final de la clase incluso me acerqué a preguntarle una cosa a la srta. Rottenmeier. Jesús dice que me estoy pasando al lado oscuro... Después, cuando acabé las clases decidí quedarme hasta las 7 y volverme con Pedro y Jesús, porque además así no llegaba demasiado temprano a casa y mi madre no me hacía preguntas que no me apetecía responder. Y como tenía una hora entera, primero pensé irme a los ordenadores, pero antes fui con antonio a comerme una napolitana (me estoy aficionando a las de york y queso, estan wenisimas!! vale, las de chocolate son las de chocolate, pero apetece variar de vez en cuando) y después de eso quedaba poco más de media hora para las 7, así que decidí que mejor me iba a dar un paseo (sola). Y me fuí y acabé como este verano en el puente de las delicias, asomándome a ver el río. Pero esta vez estuve muy poco tiempo, porque no se veía atardecer (había muchísima niebla) y porque me entró mucho vértigo al pasar por esa zona en la que el suelo tiembla al paso de los coches. Así que solo llegué hasta la mitad, me asomé unos minutos y luego me di la vuelta. en ese momento, por cierto, recordé que tenía guantes, y me los puse. Y me volví a la facultad, tarareando Recuerdo y rezando para no encontrarme con nadie, porque no habría sabido cómo explicar que hacía allí sin que la otra persona pensara que tengo tendencias suicidas o algo por el estilo. Después Peter se marcó unos puntos, porque nos llevó en coche hasta el Prado, y al llegar a casa y después de Paco y Veva (^^ esta serie no me acaba a mí de convencer...) me dio por ver Ally McBeal, y entonces...sí, ese episodio en que Ally y Billy defienden a un hombre al que han echado de su empresa por decir que había visto un unicornio. Y, por enésima vez en estos días, la tormenta de recuerdos de 4º de ESO, las cartas a Pakui hablándole del rayamiento correspondiente al episodio que hubieran echado esa semana, el diskette que me pasó mer lleno de fotos y dibujos de unicornios, los cibercafés, los amores de un día (o más) en el chat, serrat, bryan adams, american beauty, los poemas y las leyendas de bécquer, las clases de lengua de carmen calderón, mi pérdida de "vocación", las famosas pastillas que nunca existieron, o las que sí que existieron, el sábado santo corriendo por la playa, la obra de teatro en francés, la obra de verdad, chusa,
Mil besos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario